Han pasado dos años de las imágenes que le dieron la vuelta al mundo mostrando a cientos de personas aferrándose al fuselaje de un avión en el aeropuerto de Kabul para intentar abandonar Afganistán, esto ante el golpe de Estado que dieron los talibanes tras la caótica huída de las tropas estadounidenses.
En estos 730 días, el nuevo régimen islamista cambió la bandera y renombró al país, que pasó de ser la República Islámica de Afganistán para convertirse en el Emirato Islámico de Afganistán. Aunque estéticos, estos cambios sí generaron un ajuste en la vida de millones de ciudadanos, sobre todo mujeres, que vieron sus derechos disminuídos. El Talibán prohibió la entrada de las mujeres a las universidades, las banearon de acceder a sus trabajos y puestos en el gobierno; y más recientemente, prohibieron los salones de belleza, como el último golpe machista del régimen. Acnur reporta que, en estos dos años, han habido más de 5.7 millones de afganos y afganas desplazadas forzosamente; mientras que una respuesta internacional se cree cada vez menos probable.