El meollo de todo este asunto…
Está en que, de todas las víctimas que fueron a denunciar, Roemer eligió a la que es periodista, pues su profesión le permite escudarse bajo otra legislación de la Ciudad de México que surgió para proteger a personas que podrían verse vulneradas por un trabajo periodístico que carece de pruebas. En otras palabras, lo que Roemer busca hacer es dejar en claro que cualquier mujer puede denunciar estos casos en sus redes sociales, pero no una periodista. Lo bueno es que esta mujer cuenta con una gran abogada, llamada Ximena Ugarte, que no tardó en defender a su clienta alegando que su testimonio no lo hizo “en calidad de periodista, sino de víctima, como cualquier otra mujer”.
Asimismo, Ugarte le comentó a El País: “Roemer quiere probar que mi defendida publicó la agresión sexual por hacerle daño y nosotras lo que decimos es que optó por expresar una situación que le afectó como mujer y porque consideraba que ocultarlo era un peligro social para otras”.
Los laberintos de la justicia...
Algo que no podemos olvidar es que, cuando surgió esta denuncia pública en la que participaron decenas de mujeres, en vez de que Roemer saliera a defender su inocencia, prefirió volar a Israel, donde sigue resguardándose. Recordemos que se trata de un país con el que México no tiene un tratado de extradición, lo que dificulta que el acusado sea llevado ante la justicia mexicana. Es por ello que, hasta el momento, no se ve para cuándo este proceso judicial vaya a concluirse, podría quedarse detenido durante años o para siempre.