Cada septiembre, desde finales del siglo, el hielo que cubre el Ártico llega a su nivel mínimo gracias a los calores del verano, aunque algunas partes permanecen pintadas de blanco. Sin embargo, en unos años se perderá todo en ese mes, según los pronósticos de la NASA y la ESA —la agencia espacial europea—. Gracias a un modelo climático, ambas agencias pudieron pronosticar que, entre 2030 y 2050, llegará el primer septiembre sin hielo para el Polo Norte. Y si la humanidad no reduce sus emisiones de efecto invernadero, en 2100 la región ártica se quedará sin nadita de hielo medio año.