O al menos eso fue lo que reportó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) después de echarse una chambota de investigación que culminó con la presentación de la tercera y última entrega de los informes de la Cuenta Pública 2021. ¿Y qué fue lo que encontraron? Nada más y nada menos que un montón de irregularidades que suman más de 64,835 millones de pesos. ¿Khaaaá? Vayamos por partes.
Allí las autoridades fiscales detectaron que el gobierno desembolsó poco más de 37 millones de pesos en pagos por trabajos que no se hicieron y por maquinaria que tampoco se utilizó.
Frente esta situación, la Auditoría le dio chance a las y los militares para que, dentro de los siguientes 30 días hábiles, puedan mostrar sus recibos y echarle la mano al fiscalizador para que cuadren las cuentas, pero se ve difícil que esto suceda, pues a pesar de que el varo que se destinó en la construcción del aeropuerto fue depositado a las cuentas bancarias de los ingenieros militares, la Sedena no quiere hacer públicas sus declaraciones patrimoniales, disque porque esto podría representar un riesgo para la seguridad nacional.
Resulta que dentro de las cuentas empleadas para los 257 kilómetros de vías ferroviarias que atraviesan Izamal, Yucatán, a Cancún y Quintana Roo, y obras complementarias, se detectó un exceso de pagos que llegan a los 1,086 millones de pesos. ¿Y quién es el responsable de esto? Pues el Fondo Nacional de Fomento al Turismo, al que también le dio chance la Auditoría de aclarar sus cuentas en las próximas semanas. Aunque, eeeso sí, la ASF le dejó bien claro que, en caso de no hacerlo, tendrá que devolver este varo a la Secretaría de Hacienda.
Desde Paraíso, Tabasco, la ASF reportó irregularidades de más de 341 millones de pesos. Todo porque las autoridades también se pasaron en los contratos. Por ejemplo, dentro de los estados financieros de Pemex Transformación Industrial (PTRI) la Auditoría encontró aportaciones de más de 120 mil millones de pesos y 113 mil millones de pesos por parte de la Secretaría de Energía (Sener), pero se les hizo raro que en ningún momento el PTRI reveló que dichas aportaciones fueron para la construcción de Dos Bocas.
Resulta que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural también tuvo malos manejos financieros que terminaron costando más de 2 millones de pesos. Este varo se destinó a contratos incumplidos, productos inexistentes, mercancías caducadas, pérdida de toneladas de maíz y hasta la presunta entrega de subsidios a productores fallecidos.
