Por si no te enteraste, hace unos días Balenciaga provocó el descontento en las redes sociales cuando lanzó las primeras fotos de su campaña Balenciaga Gift Shop, la cual incluía a niños y niñas posando con osos de peluche con arneses parecidos a los que se utilizan en las prácticas eróticas de BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo).
La marca de lujo española bajó los anuncios casi de manera inmediata y hasta pidió disculpas por el contenido de las fotografías.
Pero el tema no acabó ahí porque, paralelamente, Balenciaga lanzó las fotografías de una colaboración con Adidas donde se podían apreciar algunos documentos bastante inquietantes que hacían referencia a casos relacionados con la pornografía infantil. Específicamente el caso Ashcroft v. Free Speech Coalition, el cual causó que se anularan porciones de la Ley Federal de Prevención de la Pornografía Infantil. ¿Más despacito? Este fallo dice que, aunque la pornografía infantil es ilegal, puede ser considerada libertad de expresión simpre y cuando no sea obscena (no, lamentablemente no es broma).
Además, dentro del set de la imagen se distingue un libro que hace referencia al trabajo de Michael Borremans, un artista famoso por una serie de retratos de niños desnudos y cubiertos de sangre. Así como una especie de diploma a John Phillip Fisher, nombre que coincide con el de un hombre que abusó de su nieta en 2018.
A todo esto la marca añadió lo siguiente:
Es por eso que el pasado viernes, Balenciaga presentó una demanda de 25 millones de dólares contra la empresa North Six, Inc. y el escenógrafo Nicholas Des Jardins, quienes, de acuerdo con los abogados de la marca española, incluyeron las imágenes de los documentos judiciales sin su consentimiento.
En cuanto a Gabriele Galimberti, el fotógrafo encargado de la campaña de Balenciaga Gift Shop, dijo que él no tuvo nada que ver con la selección de la escena y que él solo fue contratado para hacer las fotografías. “Como de costumbre en un shoot publicitario, la dirección de la campaña y la elección de los objetos mostrados no están en manos del fotógrafo”, explicó Galimberti.
Quien por fin se proclamó sobre lo sucedido fue Kim Kardashian, quien es conocida por su estrecha relación con Balenciaga. La estrella de reality dijo a través de un documento que firmó que no había dicho nada los últimos días porque quería tener la oportunidad de hablar con su equipo y así entender la situación por ella misma. Además, añadió que como madre de cuatro hijos las imágenes le resultaron bastante perturbadoras e hizo un llamado para procurar la seguridad de las y los niños. Para terminar, dijo que agradece la eliminación de la campaña y la disculpa de la marca pero que iba a reconsiderar su relación con la misma.