El miércoles 28 de diciembre, el papa Francisco pidió orar por Benedicto XVI debido a que su salud se había complicado. Ese mismo día, el papa emérito recibió la unción de los enfermos y, finalmente, Joseph Ratzinger falleció este sábado 31 de diciembre a las 9:34 de la mañana, tiempo de Roma, en el convento de monjas Mater Ecclesiae de la Ciudad del Vaticano, donde vivía desde su renuncia en 2013.
Su funeral se realizará el 5 de enero en la Basílica de San Pedro y será un acontecimiento inédito en la historia de la Iglesia Católica, pues se trata de la primera vez en la que la muerte de un papa no desencadenará un Cónclave para la elección del nuevo líder religioso. Según lo había pedido el propio Benedicto XVI, la ceremonia será solemne, aunque se darán ciertos días de luto para que la gente pueda ir a despedirse.
El cardenal alemán Joseph Ratzinger fue elegido papa el 19 de abril de 2005, al ser el más votado en el Cónclave tras la muerte del papa Juan Pablo II. Sin embargo, Benedicto XVI sorprendió al mundo al anunciar el 11 de febrero del 2013 que renunciaría al cargo, siendo el primer pontífice en hacerlo en los últimos 600 años. Así, el 28 de febrero dejó de ser el sucesor de San Pedro y se nombró la tempore sede vacante, se convocó a un cónclave y el argentino, Jorge Mario Bergoglio, fue elegido papa de la Iglesia Católica.