Se pusieron tensas las cosas en Brasilia, donde los principales comandantes de la policía militar fueron detenidos, acusados de echarle la mano a los grupos de derechistas que en enero pasado asaltaron las sedes del gobierno. Quien lideró las órdenes de arresto fue Frederico Santos, el fiscal encargado de investigar los ataques de aquel entonces. De momento, se sabe que los siete sospechosos están siendo señalados por supuestamente hacerse de la vista gorda mientras el fandom del expresidente Jair Bolsonaro hacía de las suyas en los edificios gubernamentales.