Primero lo primero
Antes que inicien las fiestas navideñas y las vacaciones de invierno, este martes —6 de diciembre— se llevó a cabo la votación de la polémica reforma electoral de López Obrador en la Cámara de Diputados. Tal y como se esperaba, la oposición hizo bolita, le dio las gracias y la tiró al bote de basura. Con 269 votos a favor, 225 en contra y 1 abstención fue desechada. Y es que como se trataba de una reforma que cambiaba la Constitución, se necesitaba una mayoría calificada para aprobarla; o sea, dos terceras partes del Pleno, que son mínimo 329 votos. Morena no los alcanzó y bye bye al proyecto que buscaba cambiar al INE, reducir el número de legisladores, dar menos recursos a los partidos, y que la elección de consejeros y magistrados fuera popular. Inmediatamente se proyectó la leyenda “El INE no se toca” en la fachada de Palacio Nacional.