En el régimen de Camboya tienen bastante claro que no darán cabida a protestas en contra de su primer ministro, Hun Sen. Tan así que arrestarán a quien tengan que arrestar para evitarlo. Así sucedió con la abogada y activista, Theary Seng, que fue sentenciada a seis años de prisión por el supuesto delito de conspiración y traición, junto con otros 12 luchadores sociales, críticos y opositores políticos. Ella había huído del país para refugiarse en Estados Unidos, pero regresó con la ilusión de poner los primeros ladrillos de la democracia, aunque todo salió mal al final.