Este martes —21 de febrero— un grupo de activistas trans y personas que se identifican con las disidencias sexuales protestaron a las afueras del Congreso de la Ciudad de México. La movilización condenó el discurso de odio en contra de la comunidad trans de la diputada panista, América Rangel. El caso es que la diputada busca criminalizar a familias y profesionales de la salud que acompañen y realicen cambios de sexo en menores de edad.
Por esto mismo, las, los y les manifestantes también pidieron la aprobación de una ley para las infancias trans, además de la derogación del tipo penal "peligro de contagio" que criminaliza a quienes tienen VIH.
Todo iba tranquilo, hasta que se desató un disturbio con los uniformados del recinto. Un puñado de policías y elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana llegaron a hacerle frente a los manifestantes y resguardar el recinto. Lo hicieron con empujones y agresiones en su contra, a quienes también les rociaron polvo de extintores, según denunciaron quienes protestaron. Todo este despapaye provocó que los diputados suspendieran la sesión que tenían agendada para este día y que los trabajadores y periodistas que se encontraban al interior del recinto quedaran atrapados.
En medio de la protesta, la activista Victoria Sámano, de la organización LLECA, junto a otras mujeres trans, fue agredida. Incluso terminó siendo detenida. Así la mantuvieron por casi una hora, sin dar ninguna explicación. Al final, cuando la liberaron, acusó a las autoridades de haber recurrido a los golpes cuando las personas que se manifestaban estaban exigiendo sus derechos.
