Hubo un momento en el Universo Cinematográfico de Marvel que se sentía diferente a lo que hemos visto en los últimos años. Una vez terminada su primera fase, con Avengers (2012), con una dirección clara, pero aún construyéndose, las películas seguían teniendo un balance sorprendente entre lo que podían aportar a la imagen en general, sin perder los importantes detalles en lo particular.
Y en 2014 Guardianes de la Galaxia llegó a darle un aire todavía más fresco a la franquicia: una comedia inteligente, un soundtrack maravilloso y probablemente lo más importante, una sinergia perfecta de personajes diametralmente diferentes. Dos películas después, en su Volumen 3, James Gunn nos presentó una última cinta a la altura de la saga, con un cierre perfecto para este extravagante equipo de héroes.
Un resumen, sin mayores spoilers, para que sepas qué esperar: Esta vez el arco central de la historia está al rededor de Rocket Raccoon, quién lo creó (un genetista con complejo de dios), las atrocidades que sufrió y cómo regresaron para atormentarlo. Sin embargo, en el fondo, lo que vemos es el cierre perfecto para la historia de este conmovedor equipo.
Una historia sólo es tan buena como sus personajes
Uno de los méritos más grandes de Marvel en todas sus películas, desde Ironman hasta End Game, es el preciso balance de muchos personajes centrales, sin quitarles protagonismo a ninguno y dándoles a todos momentos únicos y conmovedores. Sin embargo, fuera de las cintas de Avengers, las únicas películas además de Civil War que se enfrentaron a este reto fueron las de Guardianes de la Galaxia. Y creo que, por momentos, lo hacen incluso mejor que los vengadores.
Lo que los hermanos Russo hicieron con maestría en Avengers, James Gunn lo ha hecho hasta con naturalidad en su propio encargo. Encontrando un punto en el que un árbol sin vocabulario, un mapache cyborg, unas Gamora y Nébula con daddy issues, un Drax ultra caótico y un Star Lord encantador, Gunn construyó a uno de los conjuntos más atractivos del cine.
Ese dude es Dungeon Master, estoy seguro... No tengo pruebas, pero tampoco dudas.
¿Qué hizo mejor que el resto de Marvel Post-End Game?
Haciendo a Spiderman: No Way Home al lado, porque ese fue un evento de cultura pop aparte y como tal debe criticarse. En comparación al resto de películas que Marvel nos ha dado desde la culminación de su Saga del Infinito, Guardianes de la galaxia Vol. 3 es la película que, por mucho, con más espíritu se ha sentido.
Frente a un Black Panther que, tras perder a su protagonista, no supo hacer de Shuri una opción a la altura; una película de Thor que, aunque amé, se quedó bastante corta; y una cinta de Dr. Strange que también quedó a deber, la última entrega de los Guardianes de la Galaxia es la historia de personajes conocidos más sólida hasta ahora.
¿Por qué creo que es esto? Porque entrando a una nueva etapa, Marvel se enfrenta al nuevo reto de construir un nuevo piso sobre el cual armar nuevas historias. Las películas de AntMan, la serie de Loki, y las historias presentando nuevos personajes se están enfocando en eso, en darnos los cimientos de la nueva historia general de Marvel. Sin embargo, teniendo el historial que tenemos, las expectativas están muy, pero muy lejos de poderse satisfacer (sobre todo con lo atrabancado que el MCU ha sido hasta ahora).
Guardianes de la Galaxia Vol. 3 no se enfoca en eso. No busca dar pie a futuros proyectos ni crecer el universo. Sólo pretende dar un cierre a la altura de estos personajes. Y lo logró.