Moscú le echó la mano al Gobierno talibán con una coperacha internacional
Después del encuentro en Moscú entre Vladimir Putin y una delegación de representantes del gobierno Talibán, Serguéi Lavrov, el ministro de Exteriores ruso, hizo un llamado a la comunidad internacional para que se caigan con unos cuantos billetitos y ayuden para darle un empujoncito financiero a Afganistán. A los talibanes les urge que se les reconozca de manera legítima en todo el mundo para poder acceder al dinero congelado en el Banco Central de Afganistán y así estabilizar al país. Rusia pidió al resto de los países que se animen a interactuar con el nuevo gobierno afgano, lo reconozcan o no. El tema es que a la vez, además de que sigue pensando que el movimiento islamista es una organización terrorista, lanzó una indirecta muy directa al decir que el momento en que haya una reconciliación será cuando Afganistán “cumpla parte de las expectativas de la comunidad internacional en lo que concierne a derechos humanos y al Gobierno de inclusión”. Ante la aventada de piedra, Afganistán trató de meter las manos para defenderse y respondió que su Gobierno sí es inclusivo, aunque siga trabajando en ello. En fin, la hipocresía.
