Aquí se rompió una taza…
“Tenemos algunos desacuerdos, pero estamos de acuerdo en lo esencial”, dijo un preocupado Joe Biden en su bienvenida como anfitrión de la Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles con un sinfín de pendientes que atender y sin el respaldo de todos los líderes de la región. El inquilino de la Casa Blanca tenía la titánica tarea de, en pocos días, recordarle a sus vecinos latinoamericanos que los tiene como prioridad, que había que hacer algo con la migración, y de paso impedir que algunos vean con buenos ojos económicos a China.