Quienes están celebrando a brincos son los trabajadores federales de este país porque el gobierno aprobó la iniciativa para poner en regla el “Derecho a desconectarse”. Esto quiere decir que los 65,000 funcionarios belgas no están obligados a contestar llamadas, mensajes o correos electrónicos después de su horario laboral y mucho menos sus jefes pueden penalizarlos por no hacerlo. Sobre esto, la ministra de la administración pública, Petra De Sutter, dijo que la medida lucha contra la cultura que se exacerbó en la pandemia de hacer pensar a los trabajadores que siempre están disponibles vía remota.
¡Habemus más derechos laborales en Bélgica!
31 de diciembre de 1969 - 21:00