Aunque, eso sí...
También dejó bien claro que, aunque respeta a los sindicatos y a quienes se oponen, no iba a tolerar que continuaran los disturbios en las calles, o sea, que no va a tolerar “ningún exceso violento”. Añadió que se debían de levantar los bloqueos de carreteras para que el país pueda "volver a la normalidad lo antes posible".
El presidente francés espera que las aguas francesas se calmen antes del 26 de marzo, que es cuando King Charlie llegará de visita a Francia, pero se ve difícil que esto suceda pues...
La indignación sigue a tope
Los comentarios que realizó Macron durante la entrevista no hicieron nada más que echarle más leña al fuego del disgusto de los sindicatos y los políticos de la oposición. Por un lado, las huelgas han paralizado el transporte público y las escuelas. Incluso las calles de París se encuentran atestadas de bolsas de basura ya que los recolectores de basura se unieron al paro. Además, los trabajadores portuarios organizaron un bloqueo de tres días en el puerto de Marsella, el principal puerto comercial de Francia, como parte de un esfuerzo por paralizar la economía. No se ve para cuándo las movilizaciones acaben, pues se espera que este jueves —23 de marzo— se realice una nueva.
Mientras los opositores políticos de izquierda y derecha le tiraron harto hate a los comentarios de Macron. El líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon acusó al líder de expresar "desprecio" por los trabajadores. “Está en negación absoluta”, dijo Olivier Faure, líder del Partido Socialista. “Me temo que Macron ha vaciado más explosivos en un fuego que ya estaba bien encendido”.