En Turquía se llevaron un buen susto después de que su presidente, Recep Tayyip Erdogan, no pudo continuar una entrevista en televisión. Resulta que se puso malito, por lo que cortaron abruptamente su participación al aire, dejando boquiabiertos a sus entrevistadores. Después el mandatario salió a aclarar el asunto, explicando a su fandom que contrajo una gastroenteritis después de pasar largas jornadas promoviendo la campaña electoral con la cual busca reelegirse en el cargo en los comicios del 14 de mayo. Por ahora, el vicepresidente, Fuat Oktay, se hará cargo de la agenda del líder turco.