Después de que Joe Biden canceló de última hora su viaje a Papúa Nueva Guinea, la Casa Blanca no quiso verse grosera y mandó en su lugar a su secretario de Estado, Antony Blinken. Allí se vio con el primer ministro de la nación asiática, James Marape, con quien tuvo el gusto de firmar un acuerdo de seguridad que permitirá a la guardia costera estadounidense darse unos trips en las costas de por ahí, esto con el fin de ayudar a patrullar su graaan territorio marítimo. Obviamente, este apretón de manos es estratégico, ya que busca frenar la influencia de China en la región.