Ya fueron condenados
Este lunes —6 de febrero— la familia de Fernando Báez Sosa por fin pudo dar un suspiro. Todo gracias a que un tribunal de la ciudad de Dolores, en Argentina, dictó sentencia a los ocho jugadores de rugby acusados de matar a golpes a este joven. Cinco de ellos, que tienen entre 21 y 23 años, recibieron la pena máxima de cadena perpetua por el delito de "homicidio agravado por alevosía". Los otros tres recibieron una sentencia de 15 años de prisión por ser partícipes secundarios del crimen. Aunque los abogados de la familia Báez Sosa informaron que apelarán el fallo contra estos últimos tres jóvenes para que sean condenados de por vida.