Para que quites esa cara de “what?!”
El caso Odebrecht ha sido uno de los escándalos de corrupción más grandes en América Latina y ha involucrado a políticos de varios países de la región. Todo comenzó a finales de 2016, cuando las empresas Odebrecht y Braskem se declararon culpables ante la Corte Federal de Distrito de Nueva York por pagar sobornos a funcionarios de diversos países. En el caso de México, confesaron que se había desembolsado hasta seis millones de dólares para que oficiales de "alto nivel" le dieran el visto bueno al proyecto.
Corte B: A principios del 2017, la FGR abrió una carpeta de investigación y salió a la luz que entre el 2010 y 2014, Pemex y Odebrecht firmaron cinco contratos —tres firmados durante la gestión de Lozoya— para que la empresa constructora brasileña pudiera reconfigurar diversas refinerías. El primer contrato era para una que se encontraba en Tula —hoy conocido como Tula I— y su firma costó 1,436 millones 398,637.49 pesos, el 15 de febrero de 2014. Otro contrato conocido como Tula II era para la refinería de Minatitlán, mientras que el tercer contrato era para una refinería en Salamanca y fue firmado el 6 de noviembre de 2014 por 84 millones 701,354.52 pesos.
No está de más mencionar que esta investigación terminó sacando otros trapitos sucios que ahora conocemos como el caso de Agronitrogenados, un juicio que Lozoya también trae encima por supuestamente pagar de más por una planta de la empresa Altos Hornos de México. Pero bueeeno, esa historia también sigue en el aire…