Los suelos en Filipinas se sacudieron este miércoles al presenciar un sismo de magnitud 7.0 que dejó, desafortunadamente, a cuatro personas sin vida, así como decenas de deslaves, cortes en el servicio de luz y daños considerables en varios edificios ubicados en toda la región.
Aunque el epicentro de este sismo se registró en la isla de Luzón, la zona más poblada del país, se reportó que los principales daños sucedieron al noroeste de ésta, una zona donde realmente viven pocas personas. Aunque, eso si, cabe mencionar que el susto también se lo llevaron al menos otras 15 ciudades y 280 poblados más. Al momento, según Erwin Tulfo, secretario de Bienestar Social, comentó que se han reportado 44 personas heridas.
El nuevo presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr. dijo durante una conferencia de prensa que este terremoto fue más fuerte que de costumbre. Asimismo, también anunció que no visitaría las áreas afectadas por el terremoto de inmediato, porque no quería interferir con el trabajo de los funcionarios locales, por lo que acudirá este jueves.
Al ser Filipinas un archipiélago de más de 7,000 islas, que se encuentra ubicado a lo largo del Anillo de Fuego, una zona ubicada a lo largo del océano Pacífico, en donde las placas tectónicas suelen juntarse agresivamente ocasionando fuertes terremotos y erupciones volcánicas (como la que hubo esta semana en el volcán Sakurajima en Japón), en una rueda de prensa el miércoles, el presidente filipino mencionó que apoyaría la creación de un nuevo departamento encargado para la resiliencia ante desastres.
“No me gusta decirlo, pero parece que esto será más frecuente”, dijo, refiriéndose a los desastres y fenómenos meteorológicos extremos. “Necesitamos más capacidad de la que tenemos ahora”, concluyó.
