Las aguas cristalinas de la Fuente de Trevi en Roma se pintaron de negro. No se trató de una obra de magia, sino de una protesta medioambiental del grupo Ultima Generazione. Resulta que siete integrantes de esta organización se manifestaron contra el cambio climático en la capital italiana, vertiendo carbón en la famosa Fontana para dejarla oscura. Al mismo tiempo, levantaron pancartas para mostrar su descontento contra el uso de los combustibles fósiles. Tras ello, la policía se los llevó detenidos mientras decenas de turistas aprovecharon para grabar la ocasión.