Quien no se cansa de echar leña al fuego entre israelíes y palestinos es el ministro de seguridad de Israel, Itamar Ben-Gvir, que visitó un lugar en Jerusalén que es considerado sagrado tanto para mulsulmanes como para judíos. Y no, no se midió en sus palabras. Declaró que allí los suyos estaban “a cargo”. Este lugar es el Monte del Templo para los judíos, mientras que para los musulmanes es el complejo que alberga la mezquita al-Aqsa. Sea como sea, los comentarios de Ben-Gvir cayeron taaan mal que provocó el enojo de los vecinos en Jordania y Egipto.