Una tragedia que pudo haberse evitado
Entre otro de los disgustos que surgieron a partir de la filtración masiva de documentos de la Sedena que realizó el grupo de hacktivistas Guacamaya, ahora resulta que la Compañía de Jesús que reside en México está súper indignada porque se enteró que, por años, el Ejército conocía de pe a pa el modus operandi de José Portillo, aka “El Chueco”, quien hoy por hoy es el principal sospechoso del asesinato de los dos sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Moracuyas, junto con un guía turístico llamado Pedro Palma, en una iglesia ubicada en el municipio de Cerocahui, Chihuahua, el pasado mes de junio.