Este lunes se reunieron en el esplendoroso palacio de Versalles los líderes de Rusia y Francia, el veterano Vladimir Putin y el joven Emmanuel Macron, al parecer para ponerse de acuerdo sobre todo lo que no comparten. ¿Las quejas de Macron? El francés acusó a los periodistas de Russia Today y de Sputnik News (ambos súper pro gobierno ruso) de publicar propaganda y no periodismo, y además dijo que su respuesta será inmediata si Rusia vuelve a usar armas químicas en Siria. ¿Y el ruso? Putin se quejó de las sanciones impuestas a Rusia por la anexión de Crimea (los europeos y los americanos siempre le han dado la razón a Ucrania sobre ese conflicto territorial), y manifestó su simpatía por Marine Le Pen (la ultraderechista que Macron sacó de la carrera presidencial), quien siempre actuó en pro de las relaciones Rusia-Francia. Y a propósito del tema, ambos mandatarios mantuvieron un silencio muy diplomático sobre los ciberataques a la campaña electoral francesa, de los cuales se culpa a los rusos. Esta reunión era especialmente importante para Macron, quien apenas estrenándose en el puesto ya está teniendo que lidiar con controversiales líderes y sus aires de poder (¿quién dijo Trump?).
