Caerle de visita a los amigos siempre será lindo, pero cuando lo haces en la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur, es obvio que la reu se pondrá más interesante. Tal cual eso fue lo que pasó con la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, que decidió ir a darse un rol por Asia.
Este jueves, luego de visitar Japón en la semana —por lo del polémico funeral del ex primer ministro nipón, Shinzo Abe—, llegó a Seúl. Así, se fue al DMZ —la zona de amortiguamiento que desde 1953 separa con unos 150 km de largo a las dos Coreas— para ver a través de unos binoculares el territorio norcoreano, en una señal de defensa conjunta con sus aliados surcoreanos. Así, dejó bien claro que Washington está poniendo de su parte para no dejar desatendidos a sus bffs del continente.
En caso de que no lo recuerdes, hace tres años, el presidente estadounidense de aquel entonces, Donald Trump, puso pie en Corea del Norte para caminar al lado de Kim Jong Un mientras tenían una deep talk sobre si reiniciaban sus negociaciones de desnuclearización. La cual, al parecer no llegó a ningún lado, puesto que actualmente Corea del Norte continúa con sus programas nucleares. Tan así que, cuando se enteró que Harris visitaría a su vecino surcoreano, Pyongyang estrenó sus juguetes bélicos antes y después de la llegada de la vicepresidenta a la región.
Luego de que Harris visitara el DMZ, la política estadounidense echó a volar su imaginación y planteó lo bonita que sería la vida en un mundo en el que “Corea del Norte ya no fuera una amenaza”. Todo parece indicar que este pensamiento no quedará volando en el aire, pues los ejércitos de Estados Unidos y Corea del Sur están realizando ejercicios conjuntos frente a la costa este de la península.
