¿Te saltaste la clase de historia?
Si eres de los que se iban de pinta en la prepa y no has entendido al cien esta situación, debes saber que Serbia no reconoce la independencia de Kosovo, por lo que niega la capacidad de sus autoridades de imponer sus propias leyes. Desde hace más de una década, la Unión Europea (que sí reconoce a Kosovo como un país independiente) ha intentado mediar en el conflicto entre ambas naciones, sin muchos resultados.
¿Y por qué tantas broncas ahora?
Muchas personas de origen serbio y que habitan el norte de Kosovo salieron a protestar este domingo, lo que obligó a las autoridades a cerrar los dos cruces fronterizos más importantes entre ambos países: Jarinje y Bernjak. Usando coches y camiones, la gente serbia se opuso a las medidas kosovares, lo que generó importantes enfrentamientos entre los manifestantes y la policía.
La situación se puso tan tensa que medios locales reportaron la activación de las sirenas antiaéreas, las cuales sonaron por hasta tres horas, mientras que los vehículos de emergencia se vieron por varias zonas del norte de Kosovo. De inmediato, las autoridades de Pristina responsabilizaron al gobierno serbio de “acciones agresivas” para desestabilizar el país, mientras que el presidente de Serbia, Aleksandar Vui, reconoció que su país “nunca ha estado en una situación más compleja y difícil” con Kosovo.
¿Las reacciones?
El ministerio de Exteriores ruso, que apoya incondicionalmente a Serbia y que es uno de los pocos países que no reconocen la independencia de Kosovo, aseguró que las decisiones de exigir documentación kosovar a la población serbia es un paso más de Pristina para expulsar a esta minoría de su país, por lo que llamó a Kosovo y a la Unión Europea a “detener las provocaciones y reconocer los derechos de la población serbia”.
Por su parte, la Fuerza Kosovo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) aseguró que estaba monitoreando la situación y manteniendo contacto directo con funcionarios de ambos bandos, aunque aclaró que está lista para intervenir si la estabilidad al norte de Kosovo se veía comprometida, de acuerdo al mandato que tiene.
¿Y luego?
Como las cosas están a punto de ebullición, Prístina decidió bajarle una rayita a las tensiones y aseguró que retrasará un mes la implementación de los nuevos decretos que obligan a ciudadanos serbios a portar documentación kosovar.
Obvio no está claro que esto vaya a calmar la situación, pero al menos fue una olla express para desahogar las tensiones actuales.