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A un mes de la militarización del Metro hay al menos cinco detenciones que podrían considerarse arbitrarias

Tan solo a un mes de que el Gobierno de la Ciudad de México decidió militarizar su Sistema Metro con más de 6,000 elementos de la Guardia Nacional, se han registrado en los andenes cinco detenciones a civiles que podrían ser consideradas como arbitrarias según los estatutos de la ONU. Aquí te contamos cuáles han sido, incluyendo el testimonio de Henrick Ortega, el joven detenido el 13 de enero por protestar.

“A mí me detuvieron dos elementos de la Guardia Nacional (…) me llevan detenido con los brazos. Entonces cuando me llevan detenido, yo seguía sacando el cartel y llegaron otros diez elementos de la policía de la Ciudad de México”, nos contó en entrevista Henrick Ortega, estudiante de Derecho de la UNAM.

Y es que hace un mes, el 12 de enero, 6,060 elementos de la Guardia Nacional entraron a las 195 estaciones del Metro de la Ciudad de México para supuestamente resguardarlo. La decisión la comunicó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, justo después del trágico accidente que ocurrió el pasado 7 de enero en la Línea 3 en donde falleció Yaretzi Adriana Hernández Fragoso —una estudiante universitaria de 18 años de edad— y más de 100 personas resultaron lesionadas.

Para que te des una idea de la magnitud de esta movida, significa que hay más elementos de la Guardia Nacional desplegados en el Metro de la capital que en 29 estados del país —muchos de ellos sumergidos en la violencia como Michoacán, Jalisco o Sinaloa—. Eso sí, según un comunicado publicado por el Sistema de Transporte Colectivo, el personal de la Guardia Nacional no está armado y su labor consiste en echarle una mano a las labores que realiza la Policía Bancaria e Industrial y la Policía Auxiliar de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.

Aún así, no dejan de ser militares haciendo labores de seguridad pública. Esto lo señalaron grupos de activistas y organizaciones civiles como Amnistía Internacional, que hizo un llamado para frenar la militarización del Metro, pidiendo que este tipo de tareas sean llevadas a cabo por fuerzas civiles.

Pero la militarización de este medio de transporte taaan importante para las y los 4.6 millones de chilangos que lo ocupan al día continuó. Y con ello vinieron una serie de detenciones a civiles dentro de los andenes que han generado mucha controversia porque podrían ser consideradas como arbitrarias. Hasta donde se sabe, la sociedad civil y los medios de comunicación han reportado a lo largo de este mes cinco casos.

Es importante que sepas que las Naciones Unidas advierten que una detención arbitraria “debe interpretarse de manera más amplia a fin de incluir elementos de incorrección, injusticia e imprevisibilidad, así como la inobservancia de las debidas garantías procesales”. O sea, pueden darse en diferentes contextos en donde la autoridad justifica o no el arresto con la ley. Además, las formas en que se detiene a alguien son importantes porque podrían darse violentando sus derechos humanos.

Por su parte, la Comisión Nacional de Derechos Humanos advierte que una detención arbitraria “se presenta cuando una autoridad pública priva de la libertad a una persona sin cumplir con el debido proceso y las garantías judiciales de la persona que es detenida”. Es decir que si el arresto se da en condiciones de abuso, también puede ser arbitrario.

Detenciones civiles en el Metro: las que se conocen

La primera de ellas ocurrió el mismo día en que llegó la Guardia Nacional al Metro. Durante la tarde del jueves 12 de enero, una mujer identificada como Viviana “N” fue detenida en la estación Centro Médico de la Línea 9 porque se le cayeron unas aspas de lavadora en las vías. Esto provocó un corte de luz y retraso en los trenes, aunque no pasó mucho tiempo para que el servicio se reanudara con normalidad.

Las autoridades percibieron el hecho como un sabotaje, por lo que trasladaron a Viviana al Ministerio Público de la Fiscalía de Investigación Territorial en Cuauhtémoc. Allí, ella dijo que se trató de un accidente, incluso demostró que sólo quería reparar su lavadora. Al final, un juez la vinculó a proceso pero no la privó de su libertad.

¿Es una detención arbitraria? Puede ser. A Viviana se le cayó un objeto en las vías y por esto la arrestaron y acusaron de sabotaje. Sin embargo, no está claro que hayan escuchado su versión ni que se respetaron sus garantías individuales y el debido proceso. Por esto, existe la posibilidad de que su caso se trate de una detención arbitraria, aunque es incierto.

Al día siguiente, viernes 13 de enero, un grupo de estudiantes de la UNAM —en solidaridad con la muerte de su compañera Yaretzi— organizaron una pequeña manifestación en los torniquetes de la estación Tlatelolco de la Línea 3, en donde repartieron volantes señalando a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, por la militarización del Metro y por las deficiencias que presentaba. “Su austeridad mata”, decían sus folletos.

La cosa se puso tensa después de que Henrick, uno de estos estudiantes, sacó un cartel que decía: “Militarizar el metro no es cuidar #FueraClaudia”. Los elementos de la Guardia Nacional lo detuvieron y lo llevaron al Juzgado Cívico número cuatro, que se encuentra al interior de La Lagunilla. Allí quedó detenido por dos horas y para salir tuvo que pagar una multa de 2,000 pesos.

¿Es una detención arbitraria? Sí es, si tomamos en cuenta los estatutos internacionales. Como Henrick y sus amigos fueron detenidos por ejercer su derecho a protestar, en definitiva podemos decir que se trató de una detención arbitraria.

Para el martes 17 de enero se reportaron otras tres detenciones. En esta ocasión, tres sujetos identificados como Cristhian “M”, Iván “G” y José “B” andaban esperando para abordar su vagón en las estaciones Indios Verdes (Línea 3), Guerrero (Línea B) y Tacubaya (Línea 9,1 y 7) —respectivamente— cuando se les cayeron sus celulares a las vías del metro. Esto nuevamente fue percibido por las autoridades como “un ataque a las vías de comunicación”, por lo que los esposaron, aunque luego los liberaron.

¿Son detenciones arbitraria? Puede ser. A Cristhian, Iván y José los detuvieron por atacar a las vías de comunicación. Sin embargo, no está claro si se trató de un accidente ni mucho menos de un ataque, por lo que existe la posibilidad de que su detención haya sido arbitraria aunque es incierto.

¡Pssst! No está de más contarte que cualquier interferencia o alteración, ya sea a un camino, carretera y/o vía ferroviaria —que es el argumento que han utilizado las autoridades al momento de hacer estas detenciones— es considerado un delito establecido en el Código Penal Federal, cuyas sanciones pueden ir desde 15 días hasta 30 años tras las rejas.

Pero ojo, porque regresando a la definición de la ONU nos encontramos con lo siguiente:

“La noción de ‘arbitrario’ incluye el requisito de que una forma particular de privación de libertad se produce conforme a la legislación y el procedimiento aplicables y de que sea proporcional al objetivo perseguido, razonable y necesario. No se debe equiparar el concepto de ‘arbitrariedad’ con el de ‘contrario a la ley’”. O sea, incluso aunque el arresto esté justificado por una ley, podría ser arbitrario.

Además de estos casos, hay otros que sí parecen estar justificados. Se llevaron a cabo el pasado jueves 2 de febrero, cuando las autoridades cacharon a un grupo de personas que andaban robando cables del metro. El asunto lo contó el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, aunque no especificó cuántas personas fueron detenidas ni cuáles eran sus identidades. No está de más decirte que en 2022 el Metro registró el robo de más de 4,000 metros de cable, un “problema” que terminó costándole 50 millones de pesos a los funcionarios del transporte público.

¿Es una detención arbitraria? No es, hasta donde se conoce. Como a las personas detenidas las cacharon robando los cables del Metro y se saben pocos detalles del caso, no hay forma de que pueda comprobarse que su detención fue arbitraria.

En la voz de Henrick

El único de estos casos en el que no queda duda que se trató de una detención arbitraria fue el de Henrick Ortega, que nos dio su testimonio sobre cómo vivió los momentos que estuvo detenido en la estación Tlatelolco de la Línea 3. Aquí te dejamos parte de su experiencia.

“Unos compañeros también de la universidad y yo decidimos hacer una manifestación en la estación Tlatelolco por el lamentable deceso de nuestra compañera que falleció en un choque de trenes. Igual en esa línea, en la estación La Raza, decidimos entregar volantes que decían ‘Gastan 66 millones de pesos en la Guardia Nacional al mes, pero no pueden darle mantenimiento al metro. Su austeridad mata’ y una foto de la jefa de Gobierno con un casco de militar”

A partir de ese momento, se dieron cuenta que algo no andaba bien…

“Desde ahí comenzó el hostigamiento por los elementos de la Policía de la Ciudad de México. Nos advirtió [uno de ellos] o más bien, creo que nos amenazó, de que si no nos retirábamos de las instalaciones nos iba a llevar remitidos al juez cívico. Él argumentó que no teníamos permiso para estar repartiendo volantes. A lo que nosotros le contestamos que no teníamos por qué pedir permiso, porque la manifestación de las ideas es un derecho constitucional”

Desde ahí empezaron las amenazas.

“Posteriormente saqué un cartel que decía ‘Militarizar el metro no es cuidar #FueraClaudia’. Es ahí cuando de repente el mismo oficial que en los torniquetes nos amenazó con que me iba a llevar al juzgado cívico, que ‘eso no se hace’, que ‘me iban a llevar’. Pero lo que llama la atención es que la detención no la hacen los oficiales de la Ciudad de México…”

Entonces, ¿quiénes?

“A mí me detuvieron dos elementos de la Guardia Nacional, que son los que en los videos aparecen, que me llevan detenido con los brazos. Entonces, cuando me llevan detenido, yo seguía sacando el cartel y llegaron otros diez elementos de la policía de la Ciudad de México”

Henrick nos narró que mientras eso pasaba, uno de los uniformados les dijo literalmente: “ya se los cargó la verga”. Ellos, espantados, no contestaron nada.

“Yo seguía con el cartel y aparecieron cuatro elementos más de la Guardia Nacional. Posteriormente de la estación Tlatelolco nos llevaron en metro a la Estación Guerrero, que es una conexión con otra estación, me parece, con la línea que va a Constitución. Ahí nos bajan, me bajaron del andén, me llevaron con el comandante…”

¿Y qué les dijo?

“Él platicó con nosotros. Nos preguntó porqué estábamos haciendo la manifestación. Le explicamos que estábamos en contra de la militarización del Metro. Después de que hablamos con el comandante, los oficiales de la Ciudad de México se portaron de manera más relajada”

Después del susto…

“Me llevaron después a la estación Lagunilla. Ahí me trasladaron caminando al Juzgado Cívico Número Cuatro, que se encuentra al interior de La Lagunilla”

Al día siguiente…

“El secretario de Gobernación [de la capital], Martí Batres, declaró que me habían liberado inmediatamente y que no se me fincó ninguna responsabilidad. No es cierto. Yo estuve detenido dos horas y tuve que pagar una multa de 2,000 pesos para poder salir”

Según los uniformados que lo detuvieron, la falta o delito que había cometido Henrick era…

“Que no tenía permiso de manifestarme ni de repartir volantes. Nos sorprendió muchísimo y nos indignó más que el propio gobierno declarara que me detuvieron por una pinta, lo cual es totalmente falso. Yo solamente saqué un cartel y se hizo la detención”

¿Un Metro de ensueño y sin militarización?

Para Henrick, también es importante que nos tomemos un momento para reconocer el hecho que México cuenta con uno de los Metros más baratos que existen en el mundo. Con tan sólo cinco pesos, dijo, uno puede moverse a diestra y siniestra dentro de la inmensa capital. Sin embargo, también cree que últimamente lo barato nos ha salido bastante caro, pues han pasado 53 años desde que se inauguró este medio de transporte y el gobierno no le ha dado el mantenimiento que necesita.

El estudiante de Derecho cree que es importantísimo dejar de priorizar la militarización del Metro y comenzar a prestarle más atención a detalles que van desde su limpieza hasta su mantenimiento, para que así dejen de ocurrir accidentes como los de las últimas semanas.

Al final, es cierto que si hay algo que merecen las y los mexicanos, es poder moverse de un punto A a un punto B sin poner en riesgo sus vidas.

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