La pesadilla que Rusia desató en territorio ucraniano se está sintiendo en la vecina Moldavia, que teme ser el siguiente target del régimen de Vladimir Putin. El suspenso vino después de que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, anunció en Bruselas que sus servicios de inteligencia habían detectado que el Kremlin quería orquestar un golpe de Estado en este pequeño país que alguna vez fue parte de la Unión Soviética. Esto provocó un efecto dominó que acabó en la dimisión de la primera ministra, Natalia Gravilita. Al respecto, la presidenta, Maia Sandu, dijo que no es la primera vez que Moscú intenta desestabilizarlos.