Lu Jianwang, de 61 años, y Chen Jinping, de 59, son dos residentes neoyorquinos que están metidos en un lío enorme con las autoridades. El FBI los arrestó este lunes —17 de abril— porque supuestamente estaban a cargo de una comisaría de policía ilegal en el corazón del barrio chino de Manhattan.
En una rueda de prensa, el fiscal federal de Distrito Este de Nueva York, Breon Peace, explicó que este lugar operaba en las sombras al servicio del Ministerio de Seguridad Pública de China, hasta finales del año pasado, cuando los involucrados cerraron sus puertas tras enterarse que las autoridades les seguían la pista. De esta manera, tomaron sus cositas y borraron sus comunicaciones para ocultar las pistas, según el subdirector del FBI, Michael Driscoll.
Con ello, los dos acusados enfrentaron cargos por obstrucción de la justicia y conspiración por supuestamente actuar como agentes ocultos de Pekín en La Gran Manzana. Al final, ambos fueron puestos en libertad bajo fianza después de comparecer ante un juez.
“Los cargos de hoy son una respuesta muy clara a la República Popular China de que estamos sobre ustedes, sabemos lo que están haciendo y evitaremos que suceda en los Estados Unidos de América”. Esas fueron las palabras de Breon Peace. “No necesitamos ni queremos una estación de policía secreta en nuestra gran ciudad”, sentenció.
Es importante que sepas que este tipo de estaciones de policía chinas que no están autorizadas están regadas por el mundo. De hecho, se estima que hay más de 100 instaladas en diferentes países; estos espacios por lo general se encargan de intimidar a las y los ciudadanos chinos que están en el extranjero, con tal de que no critiquen al Partido Comunista.
