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El País detalló las autopsias de las personas en la masacre de Nuevo Laredo

Los estudios forenses de los cinco jóvenes asesinados por miembros del Ejército mexicano ponen en duda la versión de los hechos que dio la Sedena.

¿Qué hay nuevo?

El caso de los cinco jóvenes que fueron asesinados en Nuevo Laredo se ha vuelto aún más confuso después de que El País filtró los estudios forenses que realizó la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas el 26 y 27 de febrero. Y es que, en lugar de aclarar los hechos, los documentos generaron aún más preguntas sobre la investigación, ya que hay varios detalles que no cuadran con la versión de los hechos que dio la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) a mediados de esta semana.

Algunos de los hallazgos más destacados del informe indican que las víctimas, de entre 20 y 25 años, recibieron un total de 30 heridas de bala y que los soldados dispararon más de 60 veces contra ellos. Algunas de estas balas impactaron una casa cercana, pero afortunadamente nadie resultó herido.

Hay varias cosas que no cuadran...

Vamos por partes. Como recordarás, la versión de los hechos que dio la Sedena alegaba que los militares abrieron fuego contra estos jóvenes porque el vehículo en el que se encontraban viajando estaba circulando a gran velocidad y terminó estrellándose con otro vehículo estacionado. Sin embargo, según el testimonio de Alejandro Pérez Benítez, el único sobreviviente del incidente, los jóvenes detuvieron la camioneta cuando se dieron cuenta de que los soldados los seguían. Fue entonces cuando los militares chocaron contra ellos y comenzaron a disparar. Pérez también escuchó al menos dos disparos más mientras estaba siendo sometido por los soldados, aunque no sabe si fueron dirigidos a alguno de sus amigos.

El informe también indicó que fueron cuatro militares los que tuvieron sus queveres en el incidente y comenzaron a disparar sin la autorización de su supervisor, quien luego luego les ordenó vía radio que se detuvieran.

Pero de lo más importante...

Fue que dentro del informe forense se establece que los jóvenes que se encontraban en el asiento de conductor y copiloto fueron los que más impactos de bala recibieron —entre 10 y 12—, mientras que las otras tres víctimas que iban en la parte de atrás de la camioneta, recibieron entre uno y cinco impactos. Esto es raro porque en el comunicado del martes de la Sedena se da a entender que los miembros del Ejército dispararon a la camioneta desde la parte de atrás de esta.

Hasta el momento, la investigación sigue en curso, y aunque los militares aseguran que los jóvenes llevaban armas, ninguna fue encontrada en la camioneta. La masacre ha causado indignación en la comunidad y ha vuelto a poner en cuestión el actuar de las fuerzas militares en México.

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