Este martes —21 de marzo—, El País dio a conocer los resultados de un peritaje independiente que mandaron a hacer las y los familiares del actor Octavio Ocaña —quien era “Benito” en la serie Vecinos de Televisa—, en el que se determinó que la bala que terminó con su vida fue disparada con el arma de uno de los dos policías que lo detuvieron el año pasado.
Ya que contradice la versión que dio la Fiscalía estatal, que afirmó que Ocaña fue perseguido por la policía, perdió el control del vehículo y esto provocó que terminara disparando el arma contra su cabeza. Eso sí, desde el principio todo este asunto resultaba bastante extraño, pues la bala nunca apareció y tampoco se encontró algún rastro de pólvora en el cuerpo del actor; aunque sí en uno de los agentes que detuvieron a Ocaña, según el Ministerio Público.
Tras este peritaje se llegó a varias conclusiones. Una es que el lugar de los hechos pudo ser manipulado por los agentes y que Ocaña fue asesinado de un tiro que se realizó a un metro de distancia, mientras se encontraba tirado boca abajo sobre una banqueta del municipio de Atizapán de Zaragoza.
Además de que la primera versión de los hechos que dieron las autoridades —y fue firmada por el perito Juan Carlos Piña Pascual— no cuenta con un sustento científico ni objetivo. Esto quiere decir que Ocaña fue víctima de un caso más de brutalidad policial por parte de las fuerzas de seguridad mexicanas.
De los dos agentes involucrados, quienes detuvieron a Octavio, Leopoldo N ya fue arrestado, mientras que Gerardo N, que trae encima una orden de detención internacional de la Interpol, continúa prófugo. Mientras, la familia Ocaña continúa exigiendo justicia que esperemos que llegue pronto.
