Como parte de la represión contra la iglesia católica de Nicaragua, el pasado viernes el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ordenó congelar las cuentas bancarias de las nueve diócesis del país, así como de todas las parroquias. Ya te imaginarás el sustote que pegaron los sacerdotes cuando fueron a la ventanilla del banco y les negaron su dinero. Tras esto, algunos pastores le pidieron a sus feligreses que no hicieran transferencias a las cuentas de las parroquias. En lo que va del 2023, más de 3,000 procesiones han sido prohibidas y el régimen alcanzó los 529 ataques contra creyentes y templos.