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El Parlamento de Finlandia aprobó la legislación para unirse a la OTAN

Con 184 votos a favor, el parlamento finlandés dio el visto bueno para que su país se una a la OTAN; faltaría el visto bueno de Turquía y Hungría.

Pasito a pasito

Se ve que Finlandia empezó el mes de marzo con el pie derecho, pues resulta que de los 200 miembros que integran su parlamento, 184 votaron a favor —mientras que los otros siete votaron en contra y uno se abstuvo— para que pase una legislación que le da luz verde al país para integrarse a la OTAN. Este fue un paso legislativo importantísimo, pues se dio un mes antes de que se lleven a cabo elecciones para elegir a las y los integrantes de un nuevo Parlamento finlandés. Esta abrumadora aceptación es un claro reflejo de cuánto la nación nórdica anhela tener su membresía del club de defensa transatlántico.

¿Contexto plis?

Acuérdate que desde el año pasado, justo cuando comenzó la invasión rusa en Ucrania, tanto Finlandia como Suecia cambiaron de parecer y, por primera vez en décadas, consideraron importante formar parte de la alineación militar que ofrece la OTAN. Fue así como ambos países, bien agarrados de la manita, presentaron ante el organismo sus solicitudes de anexión. Asimismo, se hicieron la pinky promise de que juntos llevarían a cabo este proceso. Como recordarás, para ser aprobado deben de obtener el visto bueno de los 30 miembros existentes de dicha alianza. ¿Y cómo van? Fíjate que 28 de ellos ya dieron el sí pero todavía tienen pendiente que Hungría y Turquía hagan lo mismo.

Allí fue donde se armó un despapaye

Pues resulta que Turquía se puso sus moños con la solicitud de Suecia, ya que considera que es un país que alberga a miembros de grupos terroristas y le exigió que se comprometa a adoptar una postura más radical contra el terrorismo y los separatistas kurdos. Asimismo, condicionó a Estocolmo para que extradite a unos cuantos kurdos.

Aquí el tema está en que, como Turquía no tiene ningún problema con Finlandia, es muy probable que se terminen dividiendo las solicitudes de ambos países. Así que si Turquía y Hungría aprueban pronto la solicitud de los finlandeses, como se espera, con la pena del mundo Helsinki terminaría abandonando a su amix nórdico para unirse a las sillas de la OTAN.

Por su parte, en Hungría —que también es miembro del club— el primer ministro Viktor Orban había dicho que encantado aceptaba las solicitudes nórdicas, aunque recientemente planteó que su Parlamento podría hacerles el feo, pues les preocupa que si admiten a Finlandia la OTAN adquiriría automáticamente una frontera con Rusia y esto podía poner más tenso el asunto. Sin embargo, justo por esta misma razón de cercanía geográfica tanto el presidente húngaro, Katalin Novák, como su secretario húngaro de Asuntos Exteriores, Péter Sztáray, salieron a pedirle a los parlamentarios que le den chance a ambos países de entrar a la OTAN “lo antes posible”.

¿Tons, ahora qué procede?

Por un lado, Estocolmo tiene previsto que el próximo 9 de marzo se decida internamente una propuesta que hace tiempo planteó en donde busca hacer ilegal cualquier participación o apoyo a organizaciones terroristas. Asimismo, espera que este proyecto se convierta en ley, a más tardar el próximo 1º de junio.

Por otra parte, este 9 de marzo se esperan dos cosas: 1) que una delegación del parlamento húngaro se dé un rol por Finlandia para hablar sobre su solicitud a la OTAN y 2) que Turquía retome deep talks que tenía con ambos países sobre sus solicitudes —psst! Acuérdate que estas pláticas fueron suspendidas porque se armó una protesta en Estocolmo donde los manifestantes quemaron un Corán frente a la embajada turca—.

Mientras, la OTAN ya puso changuitos para que ambos países puedan formar parte de su club a más tardar el próximo 11 de julio, que es cuando se llevará a cabo una cumbre de la alianza en Vilnius, Lituania.

Más vale prevenir que lamentar

Fíjate que, por si las flies, Finlandia —que es vecino de Rusia— mandó a poner a lo largo de varias partes de su frontera una valla de metros de altura con todo y alambre de púas, cámaras de visión nocturna, luces y altavoces. Esto con el fin de subirle un par de rayitas a su seguridad nacional y poder andar al tiro en caso de que Moscú intente pasarse de listo. Todo el chistecito le saldrá en unos 380 millones de euros (como 405 millones de dólares); se espera que la primera parte de esta construcción —que son como unos 3 km— concluya a finales de junio y que los otros 70 km queden listos antes de 2025.

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