El camino para ser aceptado
Acuérdate que desde el año pasado, justo cuando comenzó la invasión rusa en Ucrania, tanto Finlandia como Suecia comenzaron a hacerle ojitos a la membresía de este club trasatlántico. Después de meditarlo, ambos países se agarraron de la mano y juntos decidieron presentar ante la OTAN sus solicitudes de anexión. Mientras que Finlandia iba acumulando el visto bueno de los 30 países miembro —un requisito para entrar al club—, Turquía se puso sus moños con la solicitud de Suecia: primero alegó que dentro de este país hay grupos terroristas —refiriéndose a separatistas kurdos— y luego condicionó a Estocolmo de extraditar a este tipo de personas para recibir aprobación. Ante esto, Suecia respondió que no podía cumplir con las solicitudes de extradición de Turquía.
Helsinki, por su parte, volteó para otro lado y, con la pena, abandonó a su amix nórdico para unirse a las sillas de la OTAN lo más rápido posible.
Mientras, Suecia sigue haciendo todo lo posible por obtener el visto bueno de Turquía; ya algunos países como Estados Unidos y el Reino Unido echaron un par de indirectas bastante directas para que se ratifique la solicitud de anexo de Suecia lo más pronto posible.
Ucrania anda esperando sentado
Quien ya lleva 15 años sentadito en la sala de espera es Ucrania, que no ha dejado de insistir en lo mucho que le gustaría convertirse en un miembro del club del Atlántico del Norte. Aunque, con todo y que no forma parte de estas filas, varios estados miembros le han estado enviando armas y suministros para que Kyiv pueda ponerse al tú por tú contra las fuerzas rusas.