- Telokwento
- Posts
- ¿Y el fútbol de ellas?
¿Y el fútbol de ellas?
Hoy muchas mujeres no solo están entrando a la cancha, están limpiando el terreno. Están sacudiendo prejuicios, barriendo el silencio, desmontando estigmas viejos. Están ocupando el espacio que les pertenece.
En mi casa, el fútbol no era lo más importante. Mi papá no era muy fan, la verdad. Pero mi hermano sí. Desde chico se apasionó con los partidos, sabía los nombres de los jugadores, se emocionaba con los campeonatos. Y yo, siendo honesta, crecí sin entender muy bien esa emoción.
El cambio llegó cuando mi hermanito empezó a interesarse. Lo vi salir con su camiseta bien puesta, emocionarse con cada jugada, hablar de las faltas y tarjetas rojas. Ahí empecé a mirar con otros ojos… no tanto el deporte, sino lo que significaba para él. La ilusión. El juego.
Y luego conocí a mi esposo.
Él no es de los que se saben todos los resultados ni se sientan a ver cada partido, pero disfruta muchísimo jugar. Le apasiona estar en la cancha, moverse, compartir con amigos. Su papá, en cambio, sí tiene una conexión más nostálgica: conoce la historia del fútbol, recuerda a los grandes como Pelé, Hugo Sánchez, Maradona… cuando se habla de ellos, menciona que antes el fútbol era otra cosa. Que la cultura era distinta.
Y sí, era distinta. Pero no necesariamente diferente en lo más importante: era un deporte lleno de pasión, de entrega… solo que casi siempre jugado, visto y narrado por hombres.
Fue entonces cuando me empecé a hacer una pregunta que no me soltó:
¿Dónde estaban las mujeres en esa historia?
Hoy, con México preparándose para recibir el Mundial varonil en 2026, la emoción está en el aire. Se habla de estadios, de partidos, de fiesta. Pero hay una pregunta que me sigue pesando:
¿Y el fútbol femenil? ¿Dónde queda?
Porque la realidad es clara: el Mundial femenil 2027 ya tiene sede, y no será en México. Será en Brasil. Será la primera vez que este torneo se juegue en Sudamérica. Y mientras tanto, México (junto con Estados Unidos) está trabajando para ser coanfitrión del Mundial femenil… pero hasta 2031.
Sí, todavía falta.
Y aunque ese mundial no esté aquí por ahora, hablar de este tema ya no puede esperar. Porque nuestras futbolistas llevan años jugando en desventaja. Entrenan en condiciones desiguales, ganan muchísimo menos y tienen que demostrar el doble para que apenas las volteen a ver. Hasta hace no mucho, ni siquiera podían imaginarse vivir del fútbol.
Y aunque algunos comentarios machistas todavía circulan (como los que ya sabemos #!$&) lo importante es que ya no son las únicas voces.
Hoy hay respuesta. Fuerte, clara, contundente.
Hoy muchas mujeres no solo están entrando a la cancha, están limpiando el terreno. Están sacudiendo prejuicios, barriendo el silencio, desmontando estigmas viejos. Están ocupando el espacio que les pertenece. Están reescribiendo la historia que por años se les negó.
Yo crecí sin verlas. No porque no estuvieran… sino porque nadie hablaba de ellas.
Hoy, las niñas mexicanas pueden mirar a futbolistas como Katty Martínez, Greta Espinoza o Rebeca Bernal y saber que sí pueden. Que también es su cancha.
Y aunque el Mundial femenil 2027 no se juegue aquí, el verdadero partido ya empezó.
Porque 2031 está en el horizonte. Y México podría ser sede.
Y eso no es un detalle. Eso es una oportunidad para hacerlo bien. Para dejar de tratar al fútbol femenil como una sombra del varonil. Para darle su lugar, su voz, su valor. Porque ese Mundial no será solo otro torneo. Será un espejo. Una prueba de cuánto hemos avanzado. Una razón para emocionarnos, para compartirlo en familia, para aplaudirlas también a ellas. Porque cuando el fútbol se juega con justicia, con equidad y con respeto, ganamos todas. Y todos.