Opinión PJ Comexi | Inteligencia Artificial | ChatGPT-4

La Inteligencia Artificial y la construcción de la paz: ¿El camino hacia un futuro más pacífico?

La IA podría crear modelos que sugieran diferentes enfoques para la mediación, negociación y construcción de la paz en el mundo.

El pasado 14 de marzo, OpenAI, empresa líder en el ámbito de la Inteligencia Artificial (IA), presentó su innovador producto: ChatGPT-4. Este avanzado sistema de IA está transformando la manera en que los usuarios interactúan con la tecnología. A pesar de los avances significativos en el campo de la IA, aún hay mucho por descubrir en cuanto a su aplicación en diversas áreas, como las relaciones internacionales.

En enero de 2020, el Departamento de Asuntos Políticos de las Naciones Unidas (DPPA, por sus siglas en inglés) creó una unidad de innovación interdisciplinaria, enfocada en explorar nuevas tecnologías, herramientas y prácticas en la prevención de conflictos, mediación y consolidación de la paz. Sin embargo, la búsqueda de soluciones innovadoras no es algo nuevo para este departamento, ya que un año antes, en Yemen, realizaron un histórico ejercicio de implementación de IA en la construcción de la paz. En colaboración con la empresa Remesh, se realizó un diálogo digital con aproximadamente 500 personas de ese país para obtener opiniones precisas sobre la percepción de la intervención de la ONU en el conflicto.

En un artículo de 2019, los expertos del DPPA, Daanish Masood y Martin Waehlisch, establecen tres formas en que la Inteligencia Artificial podría beneficiar a la ONU, siendo una de ellas el asesoramiento en la toma de decisiones. Este aspecto es de especial relevancia ya que, en un futuro no muy lejano, se podría utilizar la IA para diseñar procesos que ayuden a la construcción de la paz. Es decir, que nos podríamos asemejar a una versión moderna del modelo basado en agentes desarrollado por el Premio Nobel de Economía, Thomas C. Schelling.

El uso de la IA en este tema crearía modelos que sugieran diferentes enfoques para la mediación, negociación y construcción de la paz, facilitando la toma de decisiones con un mayor conocimiento del impacto en las poblaciones afectadas.

Aunque soy optimista en cómo la IA puede ayudar a los tomadores de decisiones a comprender mejor el impacto de las acciones en un conflicto, es cierto que existe un desafío importante en cuanto a la perspectiva de género. Según un informe de la Unesco de 2019, en Silicon Valley, menos del 1% de las solicitantes de empleo en IA y ciencia de datos son mujeres.

Este problema tiene graves consecuencias, ya que las ideologías de género de los desarrolladores se reflejan en los patrones de aprendizaje de los robots que alimentan los modelos de IA, lo que podría llevar a la reproducción de comportamientos machistas por parte de los programas. En consecuencia, existe el riesgo de que la IA no tenga en cuenta la perspectiva de género y ofrezca vías de mediación o solución de conflictos sesgadas.

En conclusión, la Inteligencia Artificial puede ser una herramienta valiosa para la construcción de la paz y la prevención de conflictos. A través de la implementación de diálogos digitales, análisis de datos y asesoramiento para la toma de decisiones, la IA puede ayudar a los mediadores y enviados especiales de la ONU a ser más efectivos en su labor y a tomar decisiones más informadas. Sin embargo, es importante plantearse si estamos dispuestos a aprovechar todo el potencial que ofrece la Inteligencia Artificial para la construcción de la paz y la prevención de conflictos, o si nos aferraremos a enfoques tradicionales que han demostrado su limitada eficacia en un mundo cada vez más complejo y cambiante.

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