Juntos, ¿y ahora sí revueltos?
Una cosa es cierta en geopolítica y es que, hasta estos tiempos, las relaciones multilaterales entre Rusia, Irán y Turquía tampoco eran las más fructíferas que digamos, aunque ahora esto puede ir cambiando. Al menos en esta ocasión, el líder ruso, Vladimir Putin, se hizo un espacio en la agenda para volar a Teherán y verse las caras con el mandatario iraní, Ebrahim Raisi y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Esto a modo de estrechar los lazos en un intento por hacerle frente a Occidente. Eeeeeeso sí, mientras Erdogan se mantuvo más neutral, Raisi puso todas las canicas en favor de Moscú, justificando su ofensiva militar en Ucrania.
Guiños a frenar las ofensivas en Siria
Otro tema que salió a colación es la Guerra en Siria, donde las tres naciones han metido su cuchara, aunque apoyando a diferentes bandos. Por su parte, Moscú y Teherán apoyan al régimen de Bashar al-Assad en recuperar el control de los territorios, mientras que Ankara cuida las espaldas a los rebeldes, menos la de los kurdos, claro. Si bien no llegaron a acuerdos concretos, el líder iraní tomó la batuta y le dijo a Erdogan que la prioridad conjunta debe ser evitar nuevas confrontaciones para erradicar el terrorismo en el norte del país.
En otros temas…
El propio Putin declaró que las conversaciones para destrabar el bloqueo de trigo y otras semillas ucranianas para frenar la crisis alimentaria van bien, aunque faltan algunos detalles por afinar. Entretanto, el Cuerno de África sigue sufriendo hambre. Por otro lado, la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska, aterrizó en Estados Unidos para tener reuniones de alto nivel y dar un discurso ante el Congreso.