No está de más contarte que la visita de Xi a las tierras rusas ha sido percibida como un evento histórico, pues se trata de la primera vez que el líder del gigante asiático pone pie en este territorio desde que inició la invasión de Rusia en Ucrania. A esto súmale que Xi llegó unos días después que el Tribunal Penal Internacional ordenó el arresto del mandatario ruso.
¿Besties for life?
Fíjate que entre otra de las propuestas que acordaron ambos países destacó la de construir un gasoducto que, cual cadenita de BFFs uniría la red energética rusa con la de China a través de Mongolia. Asimismo, plantearon incorporar el yuan chino al comercio entre la Federación de Rusia y otros países de Asia, África y América Latina. De ser así, la relación de ambos países se volvería un poco codependiente, pues el gigante asiático le echaría la mano a la economía rusa para mantenerla a flote.
Se ve que ambos mandatarios la pasaron bomba, pues Xi terminó invitando a su "querido amigo" Putin a que se dé un rol por su país a finales de este año.
Mientras tanto, al otro lado de la frontera…
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, se lanzó de sorpresa a Ucrania para verse con el presi, Volodymyr Zelensky, en una muestra de apoyo que fue bien recibida por la nación invadidaa. Aunque es cierto que Zelensky tenía un ojo al gato y el otro al garabato, ya que está pendiente de que Xi Jinping le confirme la llamadita que le propuso para estos días.