Las detenciones de manifestantes que estaban en contra de la coronación del rey Carlos III el sábado pasado han abierto un debate heavy en Reino Unido. De hecho, hasta la policía mostró su arrepentimiento por estos arrestos. El meollo del asunto es la llamada Ley de Orden Público de 2023, la cual entró en vigor recientemente y se puso a prueba el finde pasado. Esta medida le dio a los oficiales nuevas facultades para arrestar y acusar a las personas que consideren sospechosas de preparar protestas que puedan alterar el orden público. Al respecto, grupos de derechos humanos advirtieron que se están restringiendo las libertades.