Poco antes de que Kyiv conmemorara un año más de su fundación —como cada último domingo de mayo—, Rusia quiso arruinarles la fiesta con el mayor ataque de drones que ha lanzado desde que inició su invasión. Aún así, casi no rasguñaron la capital de Ucrania. Y es que, según las defensas aéreas del país, pudieron derribar 52 de 54 aviones no tripulados de origen iraní que fueron lanzados contra la ciudad. Eso sí, los restos que cayeron del cielo le quitaron la vida a un hombre, hirieron a dos personas más y provocaron un incendio en el techo de un centro comercial.