El 20 de mayo de 2023, Dior Atelier presentó la nueva entrega de su colección Crucero, en donde el destino que inspiró la colección de Dior Crucero 2024 fue México. Esta colección ahora emblemática de la Maison, toma inspiración de diferentes países y culturas, anteriormente llevada a cabo en ciudades como Atenas, Sevilla y Mumbai, pero esta práctica para algunas personas ha resultado ofensiva y han acusado a Dior y a Maria Grazia Chiuri, la directora creativa de Dior, de apropiación cultural. La Maison y su Directora se han defendido respondiendo que lo que hacen es apreciación cultural y no apropiación; sin embargo, ¿qué es lo que marca la diferencia entre la apropiación cultural y la apreciación cultural?
La apropiación cultural es definida por el Diccionario de Oxford como la adopción no reconocida o inapropiada de prácticas, costumbres o estética de un grupo social o étnico por los miembros de otra (normalmente dominante) comunidad o sociedad. En esta definición se encuentra la palabra clave para crear la distinción entre apropiación cultural y apreciación cultural: el reconocimiento.
Anteriormente han habido casos donde marcas se ven criticadas por presentar diseños que se perciben como copias o diseños robados de culturas, particularmente indígenas, por ejemplo el caso de los pueblos indígenas mexicanos contra Isabel Marant. Isabel Marant es una diseñadora francesa con su propia marca que ha sido acusada en numerosas ocasiones incluso previas a este caso más reciente, de utilizar diseños de culturas indígenas (como un poncho con diseños Purépechas) sin darles crédito y vender los diseños como suyos, por precios muy elevados con su marca. El caso de Isabel Marant resulta realmente interesante por que ha sido acusada no sólo por los pueblos indígenas, protegidos en México por el artículo Primero Constitucional, sino también por la misma secretaria de Cultura de México, Alejandra Fraustro.
Otro ejemplo es el caso de la casa de moda española Loewe, que se ha visto envuelta en controversias por su uso de diseños de la comunidad ecuatoriana de Otavalo durante su colección de Primavera en 2018. Este caso se volvió relevante ya que la campaña iniciada por comunidades en Ecuador era simplemente llamada “#GiveCredit” (en español: “#DarCrédito”) lo cual deja muy explícito cuál es el problema que tienen las comunidades con las grandes marcas.
Después de estas controversias, la Maison Dior tuvo mucho cuidado en dar crédito a los artesanos que trabajaron en conjunto con esta, mencionando las comunidades en los diseños incluidos en esta colección Crucero quienes se encargaron de incorporar sus tradiciones y diseño. En este caso, la inclusión de los distintos grupos indígenas para la diseños es una manera de seguir recordando a Frida Kahlo, quien fue una de sus fuentes de inspiración por su apreciación a los pueblos indígenas en México, y continuar su legado de enaltecer a estos artesanos dándoles una plataforma mundial.
Después de la controversia con el diseño de prendas inspiradas en la comunidad Otavalo, de su colección Primavera-Verano del 2018, la marca española Loewe vende en su sitio web artesanías Panikuas, realizadas por artesanos indígenas michoacanos, donde se mezcla mitología con diseño, para su preservación en la cultura y de esta forma reivindica su compromiso para el reconocimiento de estas comunidades.
Estas colaboraciones pueden ser utilizadas como un ejemplo de cómo trabajar en conjunto para crear diseños que beneficien a ambas partes: a las marcas y a la cultura que inspira. Pero ya no es suficiente para las marcas en el ojo público mencionar qué tomaron “inspiración”, sino buscar la manera de aportar algún beneficio para la cultura que dio la inspiración y trabajar con ellos para que esa cultura pueda ser apreciada por el público en general.
En México, además se han hecho esfuerzos para evitar estás prácticas por las grandes casas de moda; por ejemplo, la creación de la Ley Federal De Protección Del Patrimonio Cultural De Los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas... sin embargo, el impacto de estas prácticas parece ser más social, con publicaciones en línea de denuncia por parte de la comunidad mundial. La falta de información y recursos son el mayor factor para que estas comunidades indígenas, las cuales por esta ley tienen sus diseños protegidos por su naturaleza, no acudan usualmente a los mecanismos propuestos por esta Ley para la aplicación de sanciones a los infractores.
En este país se debe de hacer un mayor esfuerzo de informar a estas comunidades sobre sus derechos y sobre los acompañamientos que la Secretaría de Cultura ofrece para ayudarlos durante el trámite y poder defender sus tradiciones.
Dada la globalización, cada vez es más común la discusión de apropiación cultural; sin embargo, tampoco es factible decir que ningún diseñador o creativo puede tomar inspiración de otras culturas, pero el reconocimiento y la colaboración son la manera de hacerlo para que sea beneficioso para todas las partes y enriquecer el mundo del diseño, enalteciendo a culturas o diseñadores que antes no hubieran sido reconocidos.