Ante este vacío de justicia, el titular de Gobernación le volvió a pasar la bolita a la UNAM y de paso le pidió al rector, Enrique Graue, que deje de hacerse pato y afronte de una buena vez este asunto, pues contrario a lo que afirmó en un comunicado que emitió la semana pasada, las instancias como el Consejo Universitario y el Tribunal Universitario podrían ponerle fin a todo este merequetengue.
¿Y ahora qué?
Mientras que el futuro académico de Esquivel sigue en el aire, la presión para que presente una renuncia en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) cada vez está haciéndose más fuerte. Incluso está la posibilidad de que, si no se llega a una decisión, la propia SCJN será quien decida qué es lo que se debe hacer con el título de la ministra.
Sin embargo, ella salió a decir que no tiene nada de qué avergonzarse, dejando claro que no está en sus planes dejar su silla en la Suprema Corte. Así lo dijo ante Milenio, en donde agregó que no comparte la resolución de la FES Aragón que la acusa de copiona.
Pero en casa tiene más problemas…
Resulta que el esposo de Esquivel, el empresario José María Riobóo, está buscando que encarcelen a su nuera María Isabel Cal y Mayor. ¿Tan mal le cae? Más bien la acusa por la muerte de su hijo, Rodrigo Riobóo, que falleció en 2019 a causa de varias enfermedades crónicas. Sonará creepy, pero el suegro dice que le dio de comer y beber mal cuando estuvieron casados, provocándole la muerte por omisión. Ahora un juez ordenó su detención, aunque no se puede realizar porque ella está en España y allá negaron la extradición.
¿No te suena el nombre Riobóo?
Seguro sí lo topas, pues además de ser uno de los beffos de AMLO, ha metido mano en diversos proyectos de la Ciudad de México, desde pasos a desniveles de puentes, vías elevadas por los que pasan los trenes del Metro, así como la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).