Fue un fin de semana súper violento en Texas. Todo empezó el sábado, cuando un sujeto llevó a cabo un nuevo tiroteo masivo en un centro comercial de la ciudad de Allen. El saldo de este ataque fue de ocho personas fallecidas —incluyendo niños—, además de otras siete que resultaron heridas. El sospechoso, identificado como Mauricio García, murió a manos de la policía; todavía se desconocen sus motivaciones para llevar a cabo este crimen. Además, el domingo un conductor embistió a varias personas que estaban afuera de un refugio de migrantes en Brownsville, dejando al menos siete víctimas mortales.