Tras las Primaveras Árabes, Túnez parecía ser de los pocos países que sí habían conseguido un verdadero cambio revolucionario y se dirigían al fortalecimiento de la democracia. Sin embargo, a una década de esos levantamientos populares, la cosa pinta fatal. Este miércoles, el presidente tunecino, Kais Saied, tomó la decisión de disolver el Parlamento luego de que 125 diputados organizaron un Zoom que tenía por objetivo anular las órdenes presidenciales por las cuales el país está en estado de excepción desde el 25 de julio pasado. Hace ocho meses, Said decretó el estado de emergencia y suspendió las funciones del Parlamento en medio de intensas protestas en contra de la corrupción, la pobreza y el mal manejo de la pandemia. Desde entonces, el presidente ha estado acumulando muchísimo poder, razón por la cual los parlamentarios organizaron el Zoom ayer para ponerle un hasta aquí. Además de disolver al Congreso, una medida nunca antes vista en el país, Kais Said también bloqueó a la aplicación de videollamadas.