El número de personas fallecidas a causa de los sismos que azotaron este lunes —6 de febrero— a Turquía y Siria aumentó a más de 15,000. Esto los convierte en l a tragedia por terremotos más mortífera del mundo que ha ocurrido durante la última década.
Por un lado, las autoridades turcas reportaron que al menos 12,391 personas perdieron la vida en esta catástrofe. Mientras que del lado sirio, hay al menos 3,042 fallecidos —entre aquellas que murieron en zonas rebeldes y en las controladas por el gobierno de Bashar al Assad—. Espérate, porque si vamos a las personas heridas las cifras también se disparan. Al cierre de esta edición se registraron más de 62,914 personas lastimadas en ambos lados de la frontera.
Otro problemón son las miles y miles de personas desplazadas. Tan sólo en los territorios sirios controlados por Assad, unas 293,000 se vieron obligadas a dejar sus casas.
Por su parte, este miércoles —8 de febrero— el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió paciencia para salir adelante de esta tragedia y viajó a la región más afectada, donde los equipos rescatistas buscan sobrevivientes en medio del hielo, provocado por las bajas temperaturas.
A lo largo de toda esta semana, la ayuda por parte de la comunidad internacional no ha parado. Este miércoles —8 de febrero— Estados Unidos envió dos equipos de búsqueda y rescate a Turquía. Mientras, Alemania ondeó sus banderas a media asta y guardó un minuto de silencio; después abrió numerosos centros de ayuda donde andan recolectando donaciones. Por otra parte, la Unión Europea envió a 31 equipos de búsqueda y rescate y cinco equipos de médicos de 23 países europeos; también anunció que organizará una conferencia de donantes en marzo para recaudar fondos para ambas naciones afectadas.
