Nuevamente, Turquía fue sacudida por un par de sismos, esta vez de magnitud 6.4 y 5.8; el epicentro del más fuerte estuvo en la provincia de Hatay, al sur del país. De por sí esta región ya está muy lastimada por el par de terremotos de hace dos semanas —que provocó al menos 47,000 muertes en la región turca-siria—, por lo que el miedo a que se den más derrumbes es latente. De momento, se habla de que al menos tres personas han fallecido y 213 resultaron heridas tras los sismos de ayer. La movida de suelo también se sintió en Siria, además de Egipto y Líbano.