La están pasando difícil en Turquía, en donde la inflación de plano no les da tregua. Imagínate que la tasa anual se disparó por encima del 80% —la más alta en décadas—, subiendo un bueeen los precios de los productos básicos. Esto le pegó muy feo a los bolsillos de las familias, que se han visto obligadas a quedarse con ropa desgastada e incluso a quitar alimentos de sus dietas. Según expertos, la crisis se debe en gran parte a las decisiones que ha tomado el presidente, Recep Tayyip Erdogan, que tiene en mente postularse para la reelección el próximo año. Aunque con esto tal vez el electorado lo castigue…