Las inmediaciones del Vaticano se pusieron alerta casi como en la peli de Ángeles y Demonios. Y es que este jueves un automóvil se estrelló a toda velocidad contra la puerta de Santa Anna, una de las principales para acceder a la ciudad, saltándose a los gendarmes de la Guardia Suiza. Estos no dudaron en dispararle a las ruedas delanteras, provocando que perdiera el control. El conductor finalmente fue detenido y al parecer sufre de problemas psiquiátricos. Si bien no está claro si el papa Francisco estaba cerca del lugar de los hechos, todo apunta a que no.