Eso sí, Zelensky reconoció que la urbe está hecha añicos a causa de los ataques, por lo que ahora sólo “vive en sus corazones”; de hecho, dijo que el escenario de esta ciudad en ruinas le recordó a la Hiroshima de la Segunda Guerra Mundial después de que fue destruída por una bomba atómica. Así, Zelensky aprovechó los reflectores para seguir pidiendo ayuda económica y militar a sus amigos.
Quien se sintió opacado fue...
Joe Biden, que se la pasó en Japón enfrentando preguntas sobre la crisis del límite de deuda en Washington que amenaza con trastornar la economía global. Como recordarás, a principios de mes te contamos que la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet L. Yellen, advirtió que, antes del 1º de junio, Estados Unidos podría quedarse sin dinero para pagar sus deudas.
Al respecto, los republicanos insisten en recortar gastos y cambiar los planes del presidente para aprobar el aumento de la deuda. Mientras, Biden y los demócratas se oponen. Por ello, el presidente dejó Japón, sin pena ni gloria, cancelando las visitas que tenía agendadas en Papúa Nueva Guinea y Australia, y regresando directamente a casa con la esperanza de resolver este problemón.