Dune Parte 2: Así se hace ciencia ficción

Salí de ver la segunda entrega de Dune con una idea muy clara en mente: No hay nadie hoy en día que entienda (o al menos realice) la ciencia ficción como Denis Villeneuve. Lo que ya se había visto en Blade Runner 2049, Arrival, y la primera película de Dune, aquí lo terminó de confirmar. Desde el entendimiento del género en un nivel narrativo, hasta las necesidades técnicas de llevarlo a este nivel.   

En corto: La historia retoma el conflicto donde lo dejamos la película anterior. Los Harknonnen tomando el control del planeta Arrakis (clave para el funcionamiento del imperio), después de haber destruido a los Atreides… menos a uno. Paul, el último sobreviviente de su familia, aprovecha una profecía de la comunidad local del planeta, los Fremen —quienes lo consideran su mesías—, para vengar a su padre y tomar control del imperio. 

No es un ritmo para todos

Cuando salió la primera película, mis amigos más nerds se molestaron conmigo porque dije que se sintió más bien como un trailer de tres horas. No pasa nada. Y lo mantengo: la primera entrega tuvo que establecer tanto el universo y las bases para el conflicto más grande, que poco pudo entrar de lleno a la carnita, a lo rico. Fue toda una película destinada, más que a contar una historia aislada, a preparar la segunda parte de la historia. 

Esta vez, sentí algo parecido, aunque el payoff al final fue mayor. Sentí una recompensa por pasar mi tiempo viendo la película. Igual puede sentirse lenta, porque tiene que construir tanto universo, y tanto contexto político sobre todo, que no en todos los puntos dramáticos se siente que esté sucediendo algo, más hasta el final.  

La película vale toda la pena por la historia tan compleja, tan rica que construye. Sin embargo, si lo que esperas es un tempo de acción, similar a John Wick, en el que siempre esté pasando algo, que todo se mueva, tal vez esta no esa la mejor película para ti. 

Una masterclass de ciencia ficción

Me atrevo a decir que Denis Villeneuve es, a día de hoy, el mayor exponente de la ciencia ficción, porque más allá de haberse enfocado en el género en sus últimos proyectos, me parece que en cada uno de estos entiende el género. La ciencia ficción es un género político y esas son las historias que cuenta. 

Me decía un profesor, mientras escribía mi Spec de The Mandalorian, que lo bonito de la ciencia ficción es que, en teoría, podrías quitarle todo el componente sci-fi y la historia aún podría contarse y entenderse bien, porque ese es el chiste, y Villeneuve lo entiende.

Dune, desde la película anterior, entiende estos temas. Explora la figura del mesías y el fundamentalismo, y cómo esto puede alterar el futuro de una nación, de un gobierno, y cómo muchas veces estas personas no son lo buenas que parecen. Todo mientras desarrolla un entramado de conflicto político poderosísimo, en un universo con una complejidad parecida a la de Tolkien. 

Es una joya para quienes disfruten el género, para quienes disfruten este tipo de narrativas. Si esto es para ti, vas a estar frente a una de las mejores historias de ciencia ficción en mucho tiempo.